Para aumentar la posibilidad de alquilar un edificio de oficinas, los propietarios están apostando por mejorar la eficiencia energética de estos inmuebles. Una inversión que realza su valor de mercado y reduce los costes. Además, también supone un valor positivo para los inquilinos porque sirve para mejorar la productividad y mejorar la imagen de marca. El interés de los inversores en el mercado de oficinas se ha disparado este año con cerca de 4.000 millones de euros de inversión, mientras la contratación de nuevos espacios en ciudades como Madrid alcanzó los 480.000 m2 en 2015, un 23 por ciento más que el año anterior y situándose en cifras de antes de la crisis.
Este avance ha ayudado enormemente a que los inversores se decidan a mejorar las instalaciones que acaban de adquirir en busca de la eficiencia energética y la sostenibilidad mientras los inquilinos son cada vez más selectivos y buscan algo más que una simple oficina. Las oficinas con las mejores calidades en los centros de negocio de las principales ciudades son el objeto de deseo de muchas compañías. Y es que además, este tipo de oficinas escasean y que se arrendan a precio de oro. Muchos propietarios están apostando por mejorar sus infraestructuras e introducir su edificio dentro de ese mercado de oficinas sostenibles y eficientes.
Según un estudio realizado sobre este tema llamado “Green Leasing: Energy and Sustainability Services” existe una relación directa entre las construcciones sostenibles en la productividad de quienes trabajan en ellas. Tanto para el propietario como para el inquilino contar con un edificio eficiente genera ventajas para ambos. Cuando un propietario apuesta por mejorar la eficiencia energética consigue aumentar el valor del mercado del inmueble. Este tipo de construcciones son de gran calidad e implican menos gastos de mantenimiento. Para los propietarios de un edificio sostenible, pensado para acoger oficinas o establecimientos comerciales, supone obtener mejores tasas de ocupación.
Las rentas del alquiler en estos edificios sostenibles son más elevadas, dada su alta tasa de ocupación y la alta demanda e interés por trabajar en ellas. Un aumento en la renta que para los inquilinos se compensa con menores costes energéticos y mayores niveles de productividad, según analiza el informe. Además, pensando en la venta, el dueño del inmueble puede pedir un precio más elevado. El mayor hándicap que puede echar atrás la rehabilitación del edificio es la inversión inicial. Y es que la construcción de un edificio sostenible se amortizará en el medio plazo debido al ahorro en el consumo y gasto de energía del inmueble.
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