Todos los países del mundo deberían sumarse al uso de energías renovables. Poco a poco parece que lo van haciendo, pero es un proceso muy lento y costoso. Por el momento lo que sí se puede ir haciendo son mejoras en la eficiencia energética, así se ahorra en costes y materias primas, y se disminuye la contaminación. Lo más importante para llevar a cabo estas acciones es realizar un consumo responsable, es decir ahorrar energía utilizando solo la que necesitamos. De esta manera podremos mejorar nuestra calidad de vida luchando contra el cambio climático, y reducir los importes medios de nuestras facturas de luz, gas o agua.
Ahora bien, ¿qué es lo que tenemos que hacer para conseguirlo? La respuesta es sencilla, simplemente cambiar nuestros hábitos diarios. Hoy vamos a proponerte una serie de recomendaciones para mejorar la eficiencia energética, ya verás que sencillo es ahorrar.
Las calefacciones a gas natural son unas de las más eficientes. Por el alto poder calorífico que tiene, utilizando mucha menos energía, nos brinda el mismo resultado. Si a esto le sumamos unos pequeños gestos que contribuyan a reducir aún más el consumo, el ahorro económico será considerable. Las recomendaciones son muy sencillas: asegurarse de que los radiadores no tengan aire, cerrar aquellos que se encuentren en habitaciones vacías, purgarlos de manera periódica, y no taparlos con muebles o ropa. De esta manera mejorará su rendimiento y ahorraremos en nuestra próxima factura.
Si reducimos el uso de gas, en vez de mejorarlo, también experimentaremos un ahorro en la factura. Si disponemos de calefacción individual podemos utilizar el sistema de regulación de temperatura, mediante el termostato. Una temperatura de 20 grados por el día y 16 por la noche son los adecuados. Otros gestos muy sencillos para contribuir a la eficiencia energética, están directamente relacionados con el aprovechamiento de la energía solar. Simplemente subiendo las persianas en invierno, y con un buen aislamiento térmico en verano, estaremos haciendo un uso más que eficiente de la misma.
Por último, pero no menos importante, hacer referencia a nuestros vehículos. Es una buena opción optar por un vehículo a gas natural. Son bastante eficientes respecto a los convencionales, y además teniendo en cuenta los precios de los combustibles, no supondrán un desembolso desmesurado. Estos vehículos recorren el doble de distancia que uno de gasolina, y un 56% más que uno de gasoil. De esta manera estaremos contribuyendo a mejorar la eficiencia energética.
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